Adiós mi amor...

Adiós mi amor...

Adiós mi amor… Ella moría de amor, de amor que por él sentía, y él tan solo la veía morir, sin importarle su agonía…

Ella su amor le entregó, tan solo con su mirada y a ella no le importó saber que el de otra estaba enamorado, pues aun así lo amaba, no sabía por qué ni como explicar, ese amor tan inmenso que a su tumba se llevó al final.

El le platicaba su alegría y su dolor, pero algo que nunca olvidaba era recordarle el amor que por otra sentía. Lo que él no sabía era lo mucho que ella sufría al saber que a su lado jamás estaría, él la hizo enamorarse aun sin saber la ilusión que en ella producía ese amor que le ofrecía.

A pesar de ser ajeno, ese amor que por él sentía era el mas dulce y bueno, ella subió a la mas alta nube que había en el cielo, pero él de ella se olvidó y de la nube la arrojó, sin darse cuenta del dolor que a ella le ocasionó, después ella enfermó, pero nadie comprendía su inmenso dolor, un dolor que por culpa de él sentía.

Ella no comprendía por qué la traicionó, y se pregunta noche y día por qué de él se enamoró, si él tan solo le ofrecía un pedazo de su amor, los días pasaron y su condición empeoró, pues su tristeza y agonía la atormentaban noche y día, porque su corazón no comprendía cual fue su error, ¿Amarlo con pasión y entregarle su amor con la mas dulce mirada fuera? Cuál fuese la razón ya no tenía solución, pues su corazón no soportaba ese inmenso dolor, pero el alfil su amor estaba dispuesto a responder y entonces fue a disculparse.

Pero ya era tarde, porque ella pensó que en sus corazones no había amor, ella dijo ahogada en su dolor; empiezo a pensar que no vale la pena esperarte, que todo esto haya sido algo así como punto y aparte.

Una historia más para contarle a los demás. Fue como un tiempo de lluvia donde no nos dejábamos de mojar. Nos ahogábamos en gotas de distancia y soledad, hasta que un día te perdí de verdad.

Decidiste alejarte para ya no regresar jamás.

Tiempo después, él de su dolor nuevamente fue a hablarle, que por ella el dolor era tan grande pues la amaba y por su error ahora solo estaba de rodillas, fue a suplicarle su perdón, pero ella muerta estaba, la decepción la mató y él al cielo gritó, el inmenso amor que por ella sentía y que de él se apoderó.